Aquí, la forja es representativa de todos los procesos de conformación (por ejemplo: laminado, extrusión, trefilado, flexión y estampación). En todos los procesos de conformación en caliente, primero se calienta la pieza de trabajo a una temperatura elevada para lograr una gran capacidad de conformación con poca fuerza sin que el componente llegue a templarse como resultado del proceso de conformación, como ocurre con la conformación en frío.
Las aplicaciones son variadas: laminado de desbastes, bandas y tubos, extrusión de aleaciones de aluminio y cobre, trefilado de perfiles, flexión de tubos de gran tamaño, forjado en estampa de componentes de titanio y acero, etc.
En comparación con el calentamiento en horno, la alta velocidad de calentamiento de la inducción reduce la oxidación y la acumulación de cascarilla, así como las pérdidas de material asociadas. En este caso, los principales requisitos para el calentamiento son el control preciso de la temperatura, por ejemplo, el calentamiento en forma de cuña durante la extrusión isotérmica (ExtruLine) o el estrecho rango de temperatura en el forjado de titanio (ELO-FORGE) y la adaptación flexible a condiciones de producción en constante cambio (ELO-FORGE, mantenimiento del calor durante tiempos de inactividad de las prensas).